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A principios de abril de este año os contábamos los peligros a los que se enfrenta la Cacatúa Filipina. Hoy volvemos a vosotros para daros buenas noticias: el Gobierno local se opone a la central eléctrica que amenaza a este animal en peligro de extinción.

En un acontecimiento importante para proteger la cacatúa filipina (Cacatua haematuropygia) de una potencial catástrofe, el 11 de junio la legislatura del Ayuntamiento de Narra declaró oficialmente su oposición (Resolución 2013-1935) a la construcción de una central eléctrica alimentada por carbón dentro de su barrio de Panacan. La empresa DMCI Power Corporation ha declarado su intención de construir la planta de energía a sólo un kilómetro de distancia del Santuario de Vida Silvestre Isla de Rasa, el cual posee el 25% de la población mundial de aproximadamente 1.000 ejemplares de esta especie endémica de Filipinas.

Desde finales de la década de 1990, la población de Rasa ha multiplicado por diez debido al programa de conservación a cargo de la Fundación Katala con sede en Filipinas y las comunidades locales, con el apoyo de Loro Parque Fundación de España, el Zoo de Chester, Reino Unido, CEPA (Conservación des Espèces et des Poblaciones Animales) y la Asociación de Conservación de Beauval et Recherche, Francia y ZGAP (Sociedad Zoológica para la Conservación de las Especies y Poblaciones), Alemania.

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La Resolución del Ayuntamiento de Narra reconoce los efectos negativos directos e indirectos de una planta térmica de carbón sobre la supervivencia de la cacatúa filipina, y cita otros problemas potenciales, incluyendo daños a la salud. Llega a la conclusión de que las medidas que el gobierno ha invertido en la protección del medio ambiente en la región superan con creces los supuestos beneficios económicos y oportunidades relacionadas con una planta de energía de carbón.

Por otra parte, la Resolución castiga al DMCI Power Corporation por su negligencia en la observación de los procedimientos necesarios para tal desarrollo. En concreto, los representantes de DMCI no han podido discutir ampliamente, ni presentar ni proporcionar copia del Informe de Impacto Ambiental Inicial, ni medidas concretas para mitigar los impactos ambientales y de salud. La Resolución señala que el Código de Gobierno Local de 1991 obliga la Municipalidad de Narra de mejorar el derecho del pueblo de una ecología equilibrada.