Una vez más, Loro Parque, el mejor zoológico del mundo según TripAdvisor, se enorgullece de ser testigo del progreso de los animales que habitan en él. En esta ocasión, el Parque ha celebrado el nacimiento de nuevas crías de tiburón gris, que han sido recibidas con gran alegría por el equipo del Acuario. Castiñeiras, primeriza, y Gara, para la que es su segundo parto -siendo el primero en 2016 y las cuales residen en Poema del Mar-, han sido mamás. Los nacimientos constituyen otro ejemplo de los logros que se han conseguido como centro de conservación de la vida silvestre en cuanto a esta especie de escualos y son una señal del bienestar de los animales. Esto último es el motivo principal por el que se les considera un éxito.
El tiburón gris o Carcharhinus plumbeus, es una especie que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y su lista de animales en peligro de extinción, se encuentra en estado de vulnerabilidad a nivel mundial. El tiburón gris es poco fecundo y, en consecuencia, la sobrepesca supone un riesgo para la especie. Además, es valioso dentro de la pesquería de escualos, puesto que se trata de uno de los tiburones costeros más grandes del mundo. Las hembras pueden llegar a alcanzar entre 2 y 2.5 metros de longitud y los machos casi 2.
Se trata de animales bastante longevos, puesto que pueden llegar a vivir hasta 45 años. Se reproducen solo una vez cada dos años y el período de gestación es de entre 8 y 12 meses. Otro de los distintivos es que son ovovivíparos; el embrión se desarrolla dentro de un huevo, pero, en un momento dado, se desprende del mismo en el interior del vientre materno y, al nacer, sale el cuerpo de la cría. Su nombre deriva del griego ‘karcharos’, que significa ‘afilado’, y ‘rhinos’, que quiere decir ‘nariz’. Es decir, “pez de nariz afilada”. A su vez, el término ‘plumbeus’ quiere decir en latín ‘de plomo’ en honor al color de este animal.
El equipo de profesionales en el área ha puesto todo su empeño en cuidar cada detalle durante todo el proceso y, finalmente, ha obtenido sus frutos. La recreación de luz natural durante el día, la de luz lunar durante la noche, la adaptación de la temperatura del agua en función de las estaciones, el control de la alimentación e, incluso, las guardias nocturnas durante el parto, son solo ejemplos de las labores que se han realizado. Más adelante, se comenzará con la fase de entrenamientos, destinado a que, a la hora de manejarlas para pesarlas, medirlas o realizarles pruebas clínicas, lo hagan de manera voluntaria y no sufran ningún tipo de estrés. Durante todo el proceso, el equipo llega a conocer de forma cercana a cada ejemplar y asegura que, como todo animal, cada uno cuenta con su propia personalidad.
Loro Parque, refuerza así su labor con los programas de protección y reproducción de especies en peligro de extinción. Y, además, a través de estos embajadores de sus homólogos en la naturaleza, quiere recordar la belleza de este animal y concienciar sobre el estado, en el medio marino, de todos los tiburones en general, ya que en la lista de las especies en peligro de extinción se encuentran 11 especies de tiburones, y se estima que mueren 100 millones cada año como consecuencia del consumo humano. Por ello la labor de los centros de conservación de la vida silvestre, como Loro Parque, es muy importante puesto que si no cambiamos esta situación, se enfrentan, después de 400 millones de años poblando la Tierra, a la desaparición segura.