Uno de los proyectos más importantes de Loro Parque Fundación es el de la conservación del Guacamayo Militar (Ara militaris) en la Reserva de la Biosfera Zicuirán-Infiernillo, en México. Hasta el momento, su desarrollo está siendo muy satisfactorio, al abarcar la forma de proteger la especie a través de las personas con las que cohabita y mediante el estudio de las plantas con las que se relaciona.
En colaboración con la organización ‘Conservación de Vida Silvestre y Desarrollo Comunitario en México’, la Fundación ha hecho un análisis de los árboles de los que se alimenta, o con los que convive, el Guacamayo Militar. La producción de frutos o su abundancia en zonas concretas está estrechamente relacionada con la conservación de la especie, por lo que es muy conveniente identificar cuándo sucede.
Durante el año 2017, se localizaron las plantas de las que se alimenta la especie y se estudió el período en el que fructifican y su distribución, lo que permitió conocer mejor dónde hay más posibilidades de observar a este guacamayo. Además, el estudio, como parte de sus objetivos, ha desarrollado un banco de semillas identificadas que son plantadas en viveros para cultivar en las zonas en las que haga falta.
Dar a conocer las acciones de conservación del Guacamayo Militar permite que las comunidades se beneficien, y uno de los principales logros de Loro Parque Fundación ha sido la participación de las poblaciones locales, que han recibido capacitación para trabajar en beneficio de los ecosistemas en los que habitan a través de la reforestación, la educación y la identificación de esta especie que, poco a poco, va desapareciendo de las áreas en las que antes era más abundante.
Según Rafael Zamora, Director Científico de la Fundación, la importancia de este proyecto radica en que la forma de trabajar en campo está consiguiendo una imagen global completa de la problemática de una especie que afecta, también, a muchas otras. A través de entrevistas con la población local y de lograr su participación directa en el proyecto, cuenta, “sumado a una sección educativa con la juventud, se consiguen resultados muy favorables a largo plazo”. “Lo que se ha plantado durante el año pasado, hoy está creciendo hacia un futuro en el que el Guacamayo Militar podrá mantenerse en los lugares en los que siempre habitó. Son acciones que quedan en la memoria física del entorno, convirtiendo a las personas, y a las futuras generaciones, en guardianes de la naturaleza”, añade.
Loro Parque Fundación ha invertido, desde su creación en 1994, 18.000.000 de dólares en proyectos de conservación repartidos por toda la geografía mundial, en lugares en los que los loros necesitaban ayuda. “En este provechoso camino”, asegura Rafael Zamora, “son muchos los éxitos medioambientales que hemos obtenido, evitando la extinción de especies y consiguiendo involucrar a las comunidades locales, que ahora, orgullosas, ven cómo su entorno se ha enriquecido gracias a la protección de los seres vivos que les rodean”.
Así, estos resultados son muy satisfactorios para Loro Parque Fundación, siempre fiel a su compromiso con la protección de la naturaleza, a la que dedica el 100% de los ingresos que recibe por parte de patrocinadores, socios, colaboradores y amigos.