Loro Parque Fundación ha realizado recientemente el traslado de seis ejemplares de Guacamayo de Lear (Anodorhynchus leari) a Brasil, lugar de donde es originaria la especie, para su reinserción en el medio natural. El de este loro es uno de los grandes proyectos de la Fundación, que ha logrado cambiar la categoría de la especie en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) de “en peligro crítico” a “en peligro”.
Tiene gran importancia el trabajo ‘ex situ’ que se ha realizado como parte de este proyecto, que comenzó en 2006 cuando el Gobierno de Brasil transfirió dos parejas a Loro Parque Fundación. En apenas seis meses, comenzaron a reproducirse en Loro Parque y, desde entonces, se han criado un total de 30 ejemplares, de los que se han seleccionados los seis que son genéticamente más aptos –en coordinación del comité nacional del proyecto en Brasil- para ser puestos en libertad.
Así, gracias al apoyo de la Fundación, la población de esta especie ha aumentado notablemente, y ya se habían enviado previamente nueve ejemplares para participar en un proyecto de cría en medios controlados. En esta ocasión, estos seis nuevos individuos –tres machos y tres hembras- serán trasladados a Boqueirão da Onça, al norte del país, donde ya hay dos ejemplares viviendo en libertad. La bióloga Erica Pacífico, Coordinadora General del proyecto de liberación, será la que reciba a los animales en Brasil, y una técnico del país los acompañará durante el viaje.
Tras haber pasado un período de preadaptación y de aislamiento previo, y después de haber sido testados contra cualquier tipo de enfermedad, los animales viajarán hoy a Brasil, donde estarán en cuarentena antes de ser introducidos en un gran aviario que se encuentra en su medio natural, con plantas propias de la ecología de la especie. Allí se adaptarán a los sonidos de la naturaleza y a las condiciones de la zona de la que es propia el Guacamayo de Lear.
En este gran aviario se hará lo que se conoce como un ‘soft release’: cuando se haya cumplido el periodo de adaptación, se mantendrán abiertas las puertas del aviario para que puedan salir o entrar a voluntad. Los dos ejemplares que ya viven en la zona serán los que les enseñen cómo adaptarse al medio, y se les hará un seguimiento y se les dará soporte hasta que estén completamente adaptados.