Un equipo de científicos internacionales, entre los que se encuentra Sara Torres, investigadora de la Universidad del sur de Dinamarca, estudiarán durante los próximos cuatro años la capacidad de los animales de planificar o pensar sobre su futuro y recordar acciones de su pasado.
El estudio, en el que participan el zoológico español Loro Parque, el Instituto Max Planck de Ornitología de Alemania, y la Universidad de Amberes, entre otros, analizará las habilidades de percepción del tiempo, memoria y previsión episódica, recuerdos de cuándo-qué-dónde y anticipación de eventos futuros.
En el transcurso de los cuatro años, las instituciones participantes investigarán a diferentes especies, entre las que se encuentran los murciélagos, los loros y los delfines. Por su parte, Loro Parque, junto a la Universidad de Dinamarca del Sur, estudiará las habilidades de los delfines para pensar sobre su futuro y pasado.
“Hasta el momento, la concepción del espacio-tiempo nos diferenciaba de animales como los delfines o los loros; sin embargo, vemos que compartimos habilidades cognitivas avanzadas que no son exclusivas de los seres humanos”, cuenta Torres.
En este sentido, la investigadora prevé que el estudio “desentrañe algunos de los misterios del mundo animal para así aprender más sobre su comportamiento, hábitats y relaciones”. Los resultados permitirán conocer si los animales entienden el tiempo y si se adaptan a éste para planificar acciones futuras o comunicarse entre ejemplares.
Para explorar las facultades de percepción del tiempo, se enseñará a los animales a asociar acontecimientos breves con una recompensa alimentaria en un lugar concreto, y más largos en otro lugar distinto. Una vez aprendido el concepto, se emparejarán con otros animales sin experiencia para ver si aprenden más rápido que los sujetos originales. De ser así, se concluiría que es un aprendizaje social.
La memoria episódica se observará a partir de la muestra de dos objetos al sujeto, uno a la derecha y otro a la izquierda. Éstos cambiarán su ubicación durante el día, poniendo a prueba la conciencia del tiempo y la conexión con otros eventos.
En cuanto a los acontecimientos futuros, se empleará un laberinto alrededor de objetos que obstruyan la visión del animal. Aunque la recompensa tendrá una posición fija, las paredes del laberinto se cambiarán. En función de los movimientos, se determinará cómo los animales planifican sus desvíos en los obstáculos.
“Contamos con que las especies analizadas -los murciélagos, los loros y los delfines- compartan una percepción del tiempo, pero con niveles de complejidad distintos. Este es un momento emocionante para la comunidad científica y estamos ansiosos por compartir nuestros descubrimientos con el mundo”, sostiene Torres.
Las conclusiones ofrecerán grandes avances para entender la transmisión social de la información entre especies y desvelará cuestiones clave de la evolución de los animales.