Celebramos el Día del Medioambiente (WED2016) con la buena noticia de que gracias a las acciones de Loro Parque Fundación en Bolivia, el Guacamayo Barbazul se aleja de la extinción.
Esta especie criticamente amenazada sufrió un descenso dramático de su población salvaje debido al comercio ilegal, especialmente en los años 70 y 80. El hecho de que Loro Parque haya salvado a la especie de su extinción es algo que celebrar en WED2016.
En 1995, Loro Parque Fundación comenzó la ayuda financiera a la organización Armonía, para tomar medidas urgentes y prevenir el tráfico ilegal de la especie, salvando así a Guacamayo Barbazul, especie endémica de Bolivia. Su situación era tan crítica, que en el año 2000 quedaban menos de 50 ejemplares en libertad. Pero gracias a los esfuerzos del proyecto la situación comenzó a mejorar, y hoy contamos con más de 300 ejemplares en libertad. Es todavía un número reducido pero los cambios de actitud producidos por el proyecto han provocado un rechazo cultural a la captura de guacamayos.
El Guacamayo Barbazul se encuentra solamente en la savana del Departamento de Beni, en el noreste de Bolvia. Allí sobrevive gracias a los nidos en bosques situados en areas por encima de las indundaciones. Estas islas bosque están repletas de palmeras motacú, que son de vital importante para los guacamayos. El equipo del proyecto trabaja en esta región, ayudando a las autoridades a vigilar el posible tráfico ilegal, protegiendo las islas bosque de ser dañadas por ganado, contando el número de ejemplares y protegiendo tanto nidos naturales como artificiales.
A parte del trabajo científico, también se han realizado actividades educativas con colegios y comunidades de la región. El proyecto tiene un centro de trabajo en la ciudad de Trinidad, y los educadores hacen visitas a los colegios de la ciudad como también a colegios en lugares remotos de Beni. En esta región una gran parte la población es indígena, con sus propias costumbres y tradiciones. Una importante tradición son los macheteros, que son bailarines con machetes vestidos con el traje típico, el cual incluye una magnífica corona hecha de plumas de guacamayos. En el pasado se necesitaban las plumas de 16 guacamayos que había que capturar para hacer una única corona.
Para reducir esta seria amenazada para el Guacamayo Barbazul, el proyecto desarrolló plumas artificales y comenzó un concurso anual para premiar las mejores coronas de plumas artificiales. El proyecto ha sido todo un éxito, consiguiendo enorgulleces a la población local de no utilizar plumas reales de guacamayo. El resultado de este cambio cultural está presente en la sociedad y se puede ver el uso de la imagen del guacamayo barbazul en objetos cotidianos como logotipos, camisetas o tazas.
Todavía queda mucho por hacer pero el Guacamayo Barbazul está hoy mucho más seguro, algo que vale la pena celebrar en este Día Mundial del Medioambiente 2016.