- Pingüino Rey
Aptenodytes patagonicus - Pingüino saltarrocas
Eudyptes Chrysocome - Pingüino barbijo
Pygoscelis antarcticus - Pingüino Papúa
Pygoscelis papua - Pingüino Humboldt
Spheniscus humboldti
Pingüino Rey
Aptenodytes patagonicus
Con una altura que oscila entre los 70 y los 95 centímetros, sólo existe un tipo de pingüino de mayor tamaño: el pingüino emperador. Los pingüinos rey no construyen nidos para incubar sus huevos, los sitúan bajo su barriga y generan el calor adecuado en ese espacio.
Los podrás identificar rápidamente en el pingüinario, son los ejemplares de mayor tamaño.
Pingüino saltarrocas
Eudyptes Chrysocome
Su nombre deja entrever su mayor capacidad para adaptarse a entornos más elevados y rocosos, son capaces de vivir tanto a nivel del mar como en escarpados acantilados.
Se considera una especie en peligro de extinción, su población mundial ha disminuido drásticamente desde 1950. Loro Parque trabaja junto a otros santuarios de animales para su conservación a través del cuidado humano.
Se distinguen fácilmente por los penachos amarillos que adornan sus cabezas.
Pingüino barbijo
Pygoscelis antarcticus
Los pingüinos barbijo se caracterizan por tener una línea negra bajo el mentón que les da nombre. Con esta particularidad los podrás reconocer en tu visita a Loro Parque.
Entre las características más singulares de los pingüinos barbijos destaca la creación de nidos circulares de piedra para la incubación y la cría. En estas construcciones son generadas con destreza y defendidas con firmeza por los machos.
Pingüino Papúa
Pygoscelis papua
Los pingüinos papúa también conocidos como pingüino juanito son los nadadores más rápidos, llegando a superar los 35 km/h. Los reconocerás por las manchas blancas que tienen sobre los ojos, en la parte superior de la cabeza.
Al igual que los pingüinos barbijo, crean nidos de piedra que protegen celosamente y que se consideran parte del cortejo hacia las hembras.
Pingüino Humboldt
Spheniscus humboldti
Los pingüinos Humboldt viven en zonas de temperaturas templadas. Amantes del sol y habituales de zonas rocosas, utilizan las cuevas naturales o grietas del terreno para crear sus nidos.
Los identificarás rápidamente pues se encuentran en un entorno libre de nieve y bañado por la luz solar.