Loro Parque Fundación ha presentado, este miércoles 4 de diciembre, una nueva escultura elaborada a partir de objetos reciclados que evidencia el grave problema que genera el plástico en el medioambiente. La inauguración se ha realizado en la rotonda del cruce de la TF-316 con carretera de Las Dehesas, en el municipio de Los Realejos.
Además, el evento ha contado con la presencia del alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez González; la concejala de Turismo del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz, Carolina Rodríguez; el inspector de la Policía Local de Puerto de la Cruz, Francisco José Cruz Casañas; el presidente de la Compañía Loro Parque, Wolfgang Kiessling, y el vicepresidente de la Compañía Loro Parque y presidente de Loro Parque Fundación, Christoph Kiessling.
Esta segunda representación artística forma parte de las numerosas acciones contra el plástico de un solo uso llevadas a cabo en todas las instalaciones de la Compañía Loro Parque. Así, gracias a la implementación de esta estrategia, desde principios de 2018, se han eliminado más de 30 toneladas de este dañino material.
En este sentido, para la fabricación de este arte de concienciación, el creador de estas esculturas, Paolo Bonano, se ha inspirado en el artista de Las Palmas de Gran Canaria Néstor Martín-Fernández de la Torre. Para ello, en su mayoría, ha utilizado latas, botellas y tapas de plásticos.
Sobre este mismo proyecto Bye Bye Plastic, Loro Parque Fundación y la Universidad de La Laguna inauguraron, el pasado 28 de noviembre, la primera escultura con el mismo objetivo: reforzar el compromiso de promover la búsqueda de soluciones para mantener nuestro planeta más limpio y concienciar a los ciudadanos sobre el problema que enfrentan los océanos y las diferentes especies que habitan en ellos, haciendo especial hincapié en los efectos de la basura marina.
Con todo esto, Loro Parque Fundación resalta, una vez más, que la acumulación de los plásticos en los océanos afecta de manera terrible a la biodiversidad marina, debido a que según cifras de las Naciones Unidas: “13 000 000 toneladas de plástico se filtran en el océano cada año, lo que provoca, entre otros daños, la muerte de 100 000 especies marinas cada año”.
Además, se estima que en el 2050 habrá más plástico que peces en el océano. Todo esto hace que el papel de los centros de conservación de la vida silvestre cobre especial relevancia en la protección de las especies para las generaciones futuras.