Los diputados votaron un texto que establece que se prohíbe la tenencia y reproducción de estos animales en cautiverio, así como su participación en espectáculos.
- El 29 de enero, la Asamblea Nacional adoptó un proyecto de ley que finalmente firmó el fin de los delfinarios.
- “Más allá de la perspectiva extremadamente perjudicial para la salud y el bienestar de los cetáceos, huelga decir que esta decisión tiene graves consecuencias sobre el empleo y la economía”, denuncia este jueves el director general de Marineland.
El Parque Marino de Antibes se tomó el tiempo de reaccionar. Pero su análisis es definitivo tras la adopción, el 29 de enero, por la Asamblea Nacional, de un proyecto de ley que finalmente firma el fin de los delfinarios. Pascal Picot, director gerente de Marineland, evoca este jueves la decisión como «perjudicial para la salud y el bienestar de los cetáceos».
Los diputados votaron casi por unanimidad a favor de este texto para combatir el maltrato animal sin «dar a las instituciones zoológicas la oportunidad de abordarlos», dice el funcionario deplorando una «injusticia». La ley propuesta establece que se prohíbe la tenencia y reproducción de cetáceos en cautiverio, así como su participación en espectáculos.
¿Animales transferidos a «corrales experimentales»?
Animales que pueden ser trasladados a áreas marinas demarcadas y protegidas. Una perspectiva que Pascal Picot dice que teme. «No podemos exponer a los animales de los que somos responsables a los riesgos que los recintos experimentales podrían hacerles correr», dice, destacando el «fuerte deseo» del parque de «trabajar con los diversos actores» en la exploración de la «viabilidad ” de estas áreas.
“Más allá de la perspectiva de dañar gravemente la salud y el bienestar de los cetáceos, así como las misiones de investigación, conservación y educación que realizan los zoológicos, no hace falta decir que esta decisión supone graves consecuencias para el empleo y la economía”, denuncia. el oficial. En 2019, según cifras comunicadas por Marineland, el CCI de Niza estimó el impacto económico del parque en 97,9 millones de euros. También se cree que genera alrededor de 952 puestos de trabajo a tiempo completo por año.